Niño Gaspar, que viene del mar
Eduardo Guerrero del Río
Recrea Libros, 2014
Hace
muchísimos años, una “adivina” me señaló que yo iba a ganar mucho dinero si me
dedicaba a escribir literatura infantil. Pasaron los años, publiqué varios
libros (entre ellos, tres de poesía) y no me animaba a hacerle caso a la
adivina. Cuando nació mi primer nieto, Cristóbal, hace ocho años, escribí una
especie de diario de vida, “Confesiones a mi nieto” (publicado en una edición
reservada), en el que día tras día, desde su primer día de vida hasta que
cumplió un año, le contaba sobre su crecimiento, sobre mi vida y sobre lo que
estaba pasando en el mundo. Y cinco años
después, nace Gaspar, en ese momento mi tercer nieto. Nace en el agua, en un
parto que ocasionó un cierto revuelo y que, incluso, tuvo una cobertura en la
televisión. Y comencé a escribir mi primer libro de poesía infantil, “Niño
Gaspar, que viene del mar”, compuesto por treinta poemas hermosamente
ilustrados por Maritza Piña. En este poemario, escrito con el amor de abuelo,
se entrecruzan algunas preocupaciones de mi vida de escritor, fundamentalmente
la que se relaciona con el tema del lenguaje, con lo lúdico, con el juego de
las palabras y de las imágenes. Sin duda, ha sido una experiencia más que
gratificante, incluyendo la publicación en una editorial especializada en
literatura infantil; el hermoso lanzamiento realizado el año pasado en el
Instituto Cultural de Las Condes, en donde participaron mis dos nietos mayores (Cristóbal
y Agustín) leyendo algunos poemas, en donde mi hija Macarena preparó una
intervención teatral, en donde la premiada poetisa María José Ferrada dijo
hermosas palabras y en donde por más de una hora estuve firmando libros para
una audiencia infantil. Al principio, no tenía mayor conciencia de por qué el
título del libro, más allá del aspecto fónico, de la rima entre Gaspar y mar;
después, me di cuenta de que reflejaba el propio nacimiento de mi nieto, que
sale del mar para llegar a irradiar ternura y alegría a quienes lo queremos.
Espero que esta experiencia de escribir para niños continúe. Lo que sí me ha
sorprendido mucho es la acogida que ha tenido este poemario, sobre todo por
niños que les piden a sus madres que les lean los poemas. Por tanto, esta es
una invitación para que conozcan este libro nacido no solo de mi interés por la
escritura sino más que nada, nacido del amor.
Eduardo
Guerrero del Río
Abuelo
de Gaspar Guerrero