miércoles, 2 de abril de 2014



Dos libros de Jutta Bauer


Jutta Bauer es una ilustradora alemana que, tras pasar muchos años de trabajo con textos de otros autores, decidió comenzar a escribir e ilustrar sus propias historias. Con Madrechillona ganó el Premio Nacional de Literatura Infantil de Alemania en 2001. Varios libros suyos han sido publicados en España por la editorial Lóguez. Entre ellos, estos dos.

Una pequeña casa en el bosque cuenta una historia muy simple, muy bonita, con poco texto y excelentes dibujos. Un ciervo vive solo en medio del bosque. A su casa llega un conejito, desesperado, porque lo persigue un cazador. El ciervo lo acoge y le da la mano. Más tarde llega un zorro, por la misma razón, y, aunque el conejito le tiene miedo, el ciervo los hace darse la mano y terminan los tres como grandes amigos, jugando a las cartas y compartiendo casa y comida. Pero más tarde llega el cazador con su perro, que piden ayuda porque están a punto de morir de hambre. El ciervo repite el gesto: todos se dan la mano y comparten un gran pastel de zanahoria. Es entonces una linda historia que pone el acento en la amistad, en la solidaridad y en la posibilidad de superar las diferencias. Como dato adicional, cada personaje se presenta en una estación distinta del año, lo que permite que los pequeños lectores aprendan sobre cómo se manifiestan los cambios en la vegetación y el paisaje con el paso de los días.

La reina de los colores es uno de los primeros y más lúdicos trabajos de Jutta Bauer. Malwida, la reina de los colores, aparece en blanco y negro en las primeras páginas y va llamando a sus súbditos, que se comportan de maneras inesperadas: si el azul es calmado y cubre el cielo, el rojo es indómito y peleador; cuando el amarillo se toma el espacio, ocurre que puede ser muy grosero y se pelea con Malwida, que en su enojo confunde los colores y todo se vuelve gris hasta que con sus lágrimas los despierta de nuevo y juegan hasta quedar agotados. El trazo del dibujo es muy simple cuando se trata de Malwida y cada color se presenta con lo típico que hace un niño sobre una hoja de papel: ¡muchas rayas que parecen no significar nada, pero que para ellos tienen nombre y forma! Dice la autora, en una entrevista, a propósito de las lágrimas de Malwida, que "para resolver los conflictos hay que pasar primero por la tristeza o el dolor". Es cierto, los niños lo aprenden, y este libro puede ayudar a explicar mejor el paso de una emoción a otra y cómo el llanto puede ser, a veces, un gesto liberador. Ojo, en todo caso: el libro es, sobre todo, juguetón, divertido, alegre y, por supuesto, con un final feliz de varias páginas y casi sin palabras. 

Por Rodrigo Pinto, papá de Facundo y crítico literario

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