jueves, 24 de abril de 2014




Libros de Satoshi Kitamura
Un gato tiene sueño, pero no encuentra donde dormir: la sala está llena de cosas, al lado tocan música, la cocina es caótica, el baño es húmedo, en el muro de jardín hay otros gatos; al fin encuentra a la niña que lo lleva al sillón para leer un libro y él se enrosca contento en su falda. Un perro tiene sed: va por el parque y encuentra una manguera seca, un charco sucio, una fuente muy alta, un estanque muy bajo; al fin, cuando parece a punto de saltar sobre el vaso de un niño, se pone a llover y el perro abre feliz la boca. Probablemente han visto estos libros (editados por FCE, a la mano en librerías), y a sus hijos les gusten, y es interesante especular por qué.
Las historias de Kitamura siempre muestran dificultades, imposibilidades, urgencias, que se resuelven con sencillez. Para los niños parece ser un gran alivio ver que cosas tan normales como dormir o tomar agua pueden no ser fáciles, y que buscar la salida permite mirar el mundo, hasta que la solución, es tan inesperada como natural. El caos no es una amenaza y la indecisión sirve para el juego.
Otro libro genial de Kitamura es el enorme ¿Qué le pasa a mi cabello?, en el que un león estupefacto se despierta urgido por arreglar su melena para una fiesta. Parte al peluquero, una jirafa que le propone peinados de flor, nido, ola, pulpo, tallarines, helado, cohete y estrella. Estos pelos inverosímiles son propios del humor de los niños y de los espacios que adoran: el parque, la comida, el mar, el espacio. Al fin, en la fiesta, el león sonríe y al lado el enorme calado del libro permite al niño meter su cabecita; también propone fabricar con papel una melena propia.
Kitamura (Tokyo, 1956) ha ilustrado más de cincuenta libros para niños, la mitad escritos por él. No tuvo estudios formales de arte, que le significaban diez años como aprendiz, y desde los 18 trabajó por cuenta propia. En 1979 se fue a Londres, donde más de veinte editoriales rechazaron su trabajo, hasta que en 1983 logró publicar y obtuvo sucesivos éxitos. Sus cuentos e ilustraciones han sido animadas por la BBC y han recibido numerosos premios. Algo de su historia de vida parece haber en estos libros, como en el último publicado en castellano, Igor, El pájaro que no sabía cantar (2012): todos dicen que Igor es un pájaro muy desafinado, tanto que deja el canto, pero al final, como siempre, hay una salida. Esta vez es alguien que aprecia lo raro que él es. En algunas partes la historia es tan desalentadora y triste que mi hija pregunta dónde está la mamá de Igor…  pero termina cantando, como si escuchara a ese tordo solitario y dulce que encuentra a un amigo.


Por Marcela Fuentealba, mamá de Josefa, periodista y editora de Hueders Libros

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